La sociedad del espectáculo
Guy Debord, 1967
1.
Toda la vida de las sociedades en las que dominan las condiciones modernas de
producción se presenta como una inmensa acumulación de espectáculos. Todo lo
que era vivido directamente se aparta en una representación.
2.
Las imágenes que se han desprendido de cada aspecto de la vida se fusionan en
un curso común, donde la unidad de esta vida ya no puede ser restablecida. La
realidad considerada parcialmente se despliega en su propia unidad general en
tanto que seudo-mundo aparte, objeto de mera contemplación. La especialización
de las imágenes del mundo se encuentra, consumada, en el mundo de la imagen
hecha autónoma, donde el mentiroso se miente a sí mismo. El espectáculo en
general, como inversión concreta de la vida, es el movimiento autónomo de lo
no-viviente.
3
El espectáculo se muestra a la vez como la sociedad misma, como una parte de la
sociedad y como instrumento de unificación. En tanto que parte de la sociedad,
es expresamente el sector que concentra todas las miradas y toda la conciencia.
Precisamente porque este sector está separado es el lugar de la mirada engañada
y de la falsa conciencia; y la unificación que lleva a cabo no es sino un
lenguaje oficial de la separación generalizada.
4.
El espectáculo no es un conjunto de imágenes, sino una relación social entre
personas mediatizada por imágenes.
5.
El espectáculo no puede entenderse como el abuso de un mundo visual, el
producto de las técnicas de difusión masiva de imágenes. Es más bien una Weltanschauung
que ha llegado a ser efectiva, a traducirse materialmente. Es una visión del
mundo que se ha objetivado
6.
El espectáculo, comprendido en su totalidad, es a la vez el resultado y el
proyecto del modo de producción existente. No es un suplemento al mundo real,
su decoración añadida. Es el corazón del irrealismo de la sociedad real. Bajo
todas sus formas particulares, información o propaganda, publicidad o consumo
directo de diversiones, el espectáculo constituye el modelo presente de la vida
socialmente dominante. Es la afirmación omnipresente de la elección ya hecha en
la producción y su consumo corolario. Forma y contenido del espectáculo son de
modo idéntico la justificación total de las condiciones y de los fines del
sistema existente. El espectáculo es también la presencia permanente de esta
justificación, como ocupación de la parte principal del tiempo vivido fuera de
la producción moderna.
7.
La separación misma forma parte de la unidad del mundo, de la praxis social
global que se ha escindido en realidad y
en imagen. La práctica social, a la que se enfrenta el espectáculo autónomo, es
también la totalidad real que contiene el espectáculo. Pero la escisión en esta
totalidad la mutila hasta el punto de hacer aparecer el espectáculo como su
objeto. El lenguaje espectacular está constituido por signos de la producción
reinante, que son al mismo tiempo la finalidad última de esta producción.
8.
No se puede oponer abstractamente el espectáculo y la actividad social
efectiva. Este desdoblamiento se desdobla a su vez. El espectáculo que invierte
lo real se produce efectivamente. Al mismo tiempo la realidad vivida es
materialmente invadida por la contemplación del espectáculo, y reproduce en sí misma
el orden espectacular concediéndole una adhesión positiva. La realidad objetiva
está presente en ambos lados. Cada noción así fijada no tiene otro fondo que su
paso a lo opuesto: la realidad surge en el espectáculo, y el espectáculo es
real. Esta alienación recíproca es la esencia y el sostén de la sociedad
existente.
9.
En el mundo realmente invertido lo verdadero es un momento de lo falso.
10.
El concepto de espectáculo unifica y explica una gran diversidad de fenómenos
aparentes. Sus diversidades y contrastes son las apariencias de esta apariencia
organizada socialmente, que debe ser a su vez reconocida en su verdad general.
Considerado según sus propios términos, el espectáculo es la afirmación de la
apariencia y la afirmación de toda vida humana, y por tanto social, como simple
apariencia. Pero la crítica que alcanza la verdad del espectáculo lo descubre
como la negación visible de la vida; como una negación de la vida que se ha
hecho visible.
43.
Mientras que en la fase primitiva de la acumulación capitalista "la
economía política no ve en el proletario sino al obrero", que debe recibir
el mínimo indispensable para la conservación de su fuerza de trabajo, sin
considerarlo jamás "en su ocio, en su humanidad", esta posición de
las ideas de la clase dominante se invierte tan pronto como el grado de
abundancia alcanzado en la producción de mercancías exige una colaboración
adicional del obrero. Este obrero redimido de repente del total desprecio que
le notifican claramente todas las modalidades de organización y vigilancia de
la producción, fuera de ésta se encuentra cada día tratado aparentemente como
una persona importante, con solícita cortesía, bajo el disfraz de consumidor.
Entonces el humanismo de la mercancía tiene en cuenta "el ocio y la
humanidad" del trabajador, simplemente porque ahora la economía política
puede y debe dominar esas esferas como tal economía política. Así "la
negación consumada del hombre" ha tomado a su cargo la totalidad de la
existencia humana.
ACTIVIDAD
De
forma interpretativa y analítica frente a la anterior lectura:
1.
¿Qué es el espectáculo y como se define
desde la lectura?
2.
¿Cómo se define en el texto la
distinción entre lo real y lo aparente en términos del espectáculo?
3.
¿Qué importancia tiene el espectáculo
como mecanismo de control de las masas?
4.
Interpreta la oración: “Todo lo que era
vivido directamente se aparta en una representación” la luz de una reflexión
sobre el papel de los medios de comunicación en la sociedad actual.
5.
¿Qué podemos hacer frente a lo anterior
para no dejar manipular nuestras conciencias?
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